Demostración de David Benavente

30 de marzo de 2005

Jornada de Puertas Abierta en la Casa Encendida




Aunque no era lo previsto, la demostración fue realizada por David Benavente en vez de por Pedro Morales porque, no sé sabe muy bien porqué, el puertorriqueño Morales no ha llegado a Madrid sino a Amberes. En todo caso, como dijo José María Rubio en la presentación, no perdemos nada con el cambio.

Jose María Rubio presentando a David Benavente

José María comentó que, de nuevo, estábamos en La Casa Encendida celebrando una Jornada de “Puertas Abiertas” gracias a la amabilidad de la Obra Social de Caja Madrid, que nos había cedido esta esplendida sala para celebrar la demostración.

Antes de continuar esta reseña de la demostración, queremos hacer notar que todas las imágenes que aquí se reproducen, así como el texto, han sido extraídos del DVD editado por el CBM con motivo de este evento. Poco a poco el Club está formando una "dvdteca" (o como se diga eso) de gran interés.

La demo corrió a cargo de David Benavente

David comentó que lo primero que hay que hacer para trabajar en un árbol como este Ficus es defoliarlo. Es una especie muy vigorosa así que no hay ningún problema ya que rebrotará muy rápido.

En verano, con el clima de Madrid, está bien “sacarlo a la calle”, pero si ha estado protegido en invierno las hojas se pueden quemar, así que es mejor hacer el cambio poquito a poco, de forma gradual, . . . , ¡ pero a la calle !.

“Como estamos en abril, en cuanto que terminemos el trabajo, lo mejor será ponerlo al sol directo”.

El árbol, antes de empezar el trabajo

En cuanto al trabajo a realizar, según nos dijo David, este ejemplar tiene una buena ramificación primaria y secundaria, “pero esta muy embarullado”. Cuando el árbol esté completamente defoliado podremos ver mejor, así que, mientras David continuó dado nuevas explicaciones se buscaron cuatro voluntarios para realizar un drástico defoliado.

Mientras tantos nos enteramos de que estos árboles suelen venir de China. Allí eligen un tocón grande, aunque esté muerto, y sobre él colocan estaquillas más jóvenes con raíces largas por encima del tocón. Poco a poco se van fundiendo y, al final, logan el efecto de un gran y viejo tronco, pero en realidad son varios árboles jóvenes fundidos sobre un tocón muerto.

¡No pasa nada! Esta técnica no es ni mejor ni peor que otras. Si el producto final es bonito y está correctamente diseñado ¡todo vale!

Para el defoliado . . . ¡cuantas más manos mejor!

Alguien preguntó sobre el motivo por el que su Ficus no tenía raíces aéreas, y David contestó que con nuestro clima esto es normal. ¡Hay que asumirlo! Se trata de un árbol tropical y el clima de Madrid no es precisamente tropical . . . “¡por eso yo me dedico referentemente a especies autóctonas”.

El ejemplar trabajado tenía un nebari estupendo, por lo que había que sacarle provecho. El tronco también es bueno. El movimiento es interesante . . . pero . . . la distribución de las ramas no es todo lo buena que debiera. Hay muchas ramas a la misma altura. Naciendo en cruz. Eso no es bonito. En bonsái buscamos la asimetría y la variedad.

Detalle del frondoso árbol trabajado

El árbol tiene una buena primera rama, pero un poco escondida. Esta demasiado vacío por delante, el tronco se tiene que ver pero este está demasiado desnudo. Cuando se cultive hay que conseguir que se cubra de vegetación.

Será necesario un trabajo minucioso, pero el Ficus es un árbol muy vigoroso, así que el proceso será relativamente rápido. Además el un tipo de árbol es muy flexible y podremos mover bien las ramas.

David durante su explicación

En paralelo con el defoliado, David comenzó la poda para evitar perder tiempo trabajo en el defoliado de ramas que luego serán podadas.

Nos encontramos varias veces con demasiados brotes naciendo del mismo sitio. No deseamos bajo ningún concepto terminar con “una bola verde” y, además, con demasiadas ramas, ninguna de ellas se desarrollará correctamente, por lo tanto hay que podar para que alguno de los brotes llegue a ser una sub-rama importante. Después de cortar se dejará crecer todo lo que quiera, así engordará la rama. Cuando tenga el calibre necesario se debe podar de nuevo dejándola bien corta. Así volverá a brotar . . . con lo que volveremos a estar en una situación parecida, por lo que repetiremos el proceso dejando de nuevo sólo dos brotes en cada punta, volveremos a dejar crecer y . . . ¡de nuevo a podar! Es un proceso iterativo que poco a poco nos conducirá al diseño que tenemos en la cabeza.

Al principio este proceso lleva bastante tiempo porque sólo se multiplica por 2, pero luego se multiplica por 4, luego por 8 y así, pronto, se llegará a una ramificación interesante. Pero siempre con no más de dos brotes en el mismo lugar (contando la rama central como uno).

Una primera rama bastante molesta

Todas las ramas se deben escapar del tronco. Ninguna debe nacer hacia adentro. Ninguna debe cruzarse. Este será el resultado de una poda ordenada. Ese método de podado es básico en bonsái. No sólo para el Ficus, ¡para todas las especies!

Alambrando se gana tiempo porque los brotes no salen donde tú quieres, solo cortar y podar es muy lento. Pero, ¡eso si!, en un Ficus hay que tener en cuanta que el alambre se puede marcar muy fácilmente. Pero eso no quiere decir que no se pueda alambrar. Simplemente habrá que hacerlo con precaución.

Aspecto del árbol después del defoliado

Las curvas, en el caso de este árbol, tienen que ser suaves. Siguiendo las líneas que ya están muy marcadas en los trabajos anteriores. Nuestra labor sólo consiste en potenciar y mejorar, pero no hay que imponer nada que “el árbol no pida”.

El trabajo de defoliado hay que hacerlo con orden para no olvidar ninguna rama. Si vamos de acá para allá al final se nos olvidará alguna de trabajar y el resultado no será demasiado bueno.

Iniciando la poda

Y así, después de casi una hora de defoliado (realizado por cuatro personas) el aspecto del árbol cambió radicalmente. Se veía muy desnudo.

“No pasa nada. En apenas 15 días el árbol volverá a estar lleno de brotes” – nos dijo David – “en ese momento tendemos que estar atento para que el nacimiento de los brotes desordenados no estropee el trabajo que estamos realizando ahora. Además, eliminando rápidamente los brotes “indeseables” ayudamos a que el árbol emplee la fuerza que tiene donde a nosotros nos interesa.

Durante el defoliado todos los chupones de la base del árbol han sido eliminados porque no aportaban nada y ahora nos queda un buen rato de podado, en el que habrá que aplicar los criterios que David nos había contado mientras los cuatro voluntarios defoliaban.

Pensando en el diseño

El trabajo de David no perseguía una gran trasformación porque el árbol ya estaba bien definido, en este caso, para que los efectos de este trabajo sean visibles, tendremos que esperar un par de años. En ese momento tendremos un árbol de gran calidad.

Hay una rama que no tiene nada que ver con el resto del árbol. La rama es lo suficientemente gruesa como para que no sea posible doblarla . . . . pensando, pensando, pensando . . . David llega a la conclusión de que lo mejor es bajar una de sus sub-ramas, es decir estamos trabajando esa rama como si fuera un árbol . . . claro que para esa rama hay otra solución . . . . otra solución muy simple . . . . cortarla . . . aunque, incluso existe una tercera opción . . . . . también se puede cambiar la posición de plantado, aunque esto tendrá que esperar a la época de trasplante más apropiada . . . es decir para el año que viene.

Tres buenas soluciones para una mala rama

El ápice del árbol siempre tiene que estar, más o menos, centrado, por lo tanto si el ápice de la rama no está centrado lo mejor es cortarlo y construir un ápice nuevo con lo que brote.

Mientras corta David comenta que este es un árbol de madera blanda en el que las heridas no cierran demasiado bien.

Aunque parezca demasiado duro eliminar tantas ramas como estamos eliminando, este árbol es tan vigoroso que pronto habrá que eliminar nuevos brotes, ya que es de esperar que va a brotar masivamente y, si se trabaja bien, este árbol puede ser un árbol de exposición.

Una rama 'dura de pelar'

Todas estas ramitas finas se alambrarán. Ganaremos mucho tiempo con ello.

Ramas finas qeu deberán ser alambradas en su día

Durante la poda David comentó que el árbol tenia un problema que se repetía continuamente: ¡muchos brotes naciendo en el mismo sitio y compitiendo por la misma fuerza.

Mientras que David continúa podando pide ayuda . . . “Julián de Marco, mientras termino de podar esta zona porque no vas alambrando esta otra parte . . . empieza con las ramas principales y así vamos ganando tiempo”.

Julian de Marco ayudando en el alambrado

Haciendo un alto en la demostración, José María Rubio, presidente del Club Bonsái Madrid, aprovecha para anunciar que el CBM ha otorgado a David Benavente el título de Socio de Honor y que, Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, le hará entrega de nuestra insignia de oro.

¡SOCIO DE HONOR!

David agradeció el nombramiento diciendo que últimamente ha recibido varios premios, pero este tiene un gran valor personal, por que se siente entre su gente. “Este es mi club de toda la vida y os agradezco el detalle y el honor”.

Entrega de la insignia de oro del CBM

Aprovechando la entrega de premios, Miguel Blesa no pierde la ocasión de echar una ojeada de cerca al trabajo que se está realizando.

Aprovechando la ocasión para echar una ojeada

Zis Zis Zis . . . tras muchos ruiditos de tijera, David nos anuncia que el árbol está por fin limpio y ahora llega el momento del trabajo más creativo: el alambrado. El trabajo que hay que hace es llevar las ramas a distintos planos para ir creando diversos nivel de ramificación. Así que nada . . . a la labor.

Terminando la poda

David alambra con aluminio y, en algunas ramas demasiado gruesas, es necesario poner alambre doble para conseguir llevarlas a la posición deseada.

El doblado hay que hacerlo con tiento, porque las ramas tienen un límite, pasado el cual se rompen.

Doblando con cuidado

Cada rama tiene que tener su ápice y hay que crear espacios.

Alguien pregunta si este es un buen momento para trasplantar. David contesta que no, que es preferible hacerlo con más calor, . . . pero simplemente por eso, no porque dos trabajos como el podado y trasplantado no puedan ser realizados simultáneamente . . . el Ficus tiene vigor suficiente para soportarlo.

Para trabajar hay que ganar altura . . .

. . . incluso más altura

Para bajar una rama demasiado gruesa utiliza un alambre de cobre, mas duro, consigue bajar la rama fijando el tensor a la pata de la maceta. Una vez colocado el tensor, entre David y Julián bajan la rama hasta que esta alcanzó la posición deseada. Luego hubo que mover mas ramas para rellenar huecos:

“Si queda algún hueco debe ser un hueco elegido por el diseñador no un hueco impuesto”..

Trabajando el ápice

Un segundo tensor nos permite poner la rama mas rebelde en su sitio, . . . “Ya sólo quedan cuatro alambres más y nos vamos a cenar . . . y a dormir”

. . .pero, en la copa del árbol, después hubo que poner un tercer tensor.

El tercer tensor

Por fin se terminó el trabajo importante. Ya hemos reestructurado el árbol que antes estaba “demasiado lleno”, el verde está distribuido, ya no hay grandes vacíos, los ápices están mas bajos.

Hemos conseguido una silueta más redondeada (un árbol viejo no puede ser puntiagudo). Aún habría que continuar trabajado con las ramas finas . . .

. . . pero eso ya lo hará el felizpropietario del árbol.

Aspecto del árbol después del trabajo

Para terminar el acto volvió a subir José María Rubio al escenario: “Gracias a Caja Madrid a la Casa Cncendida a la Casa Encendida, a José Girao y a Miguel Blesa y . . . para terminar . . . vamos a recoger todo lo que hemos manchado para que nos vuelvan a prestar esta sede en futuras ocasiones.

Buenas noches”.


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